Un Patrimonio por Descubrir, en Querétaro
La Zona Arqueológica de La Trinidad, ubicada en Tequisquiapan, destaca como uno de los sitios arqueológicos, más vírgenes del estado.
Con una extensión de más de 20 hectáreas, los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia, (INAH) trabajan en su rescate, enfocándose en el mapeo y estudio de al menos cinco vestigios piramidales y una cancha de juego de pelota.
Aunque no se ha identificado de manera definitiva la cultura prehispánica que habitó la región, un hallazgo de ofrenda fúnebre en 2004, sugiere la existencia de ocupación desde el año 700 d.C..
Este sitio, uno de los mejor conservados de Querétaro, debido a su ubicación, y a la falta de actividades agrícolas, siempre ha captado la atención,

Aunque hace 30 años, se descubrió de forma fortuita por ejidatarios locales.
Los esfuerzos de conservación han sido impulsados por la comunidad y autoridades, buscando obtener una declaratoria federal que resguarde 722 hectáreas como zona de monumentos arqueológicos.
Los investigadores, liderados por Juan Carlos Saint-Charles, destacan que la construcción del lugar tomó al menos 300 años, permitiendo visibilidad sobre los valles cercanos, mientras que su hábitat natural incluye una rica flora y fauna.

Si bien parte del sitio sufrió daños por actividades de saqueo, el potencial turístico y ecológico sigue siendo prometedor.
El plan a mediano plazo,es desarrollar un parque arqueo-ecológico que facilite el acceso al público, preservando tanto los vestigios como el entorno natural.
Los ejidatarios, apoyados por el INAH, buscan también descentralizar el turismo de la cabecera municipal, resaltando la importancia de las joyas, arqueológicas locales que complementan las actividades en las 19 minas de ópalo de la región.
La Trinidad,se perfila como un destino cultural digno de exploración, donde el pasado indígena y el presente se entrelazan, ofreciendo a los visitantes la oportunidad de conectarse con una historia profunda y un patrimonio en proceso de revelación.
La comunidad local, y los arqueólogos sueñan con un futuro donde este sitio virgen sea un centro de educación y turismo, resaltando la riqueza cultural, y natural de Querétaro.
