Un Viaje Espiritual y Histórico en la Sierra Gorda de Querétaro

La Misión de Bucareli, situada a 195 km de Querétaro, fue fundada en 1797 por el fraile Juan Guadalupe Soriano con el objetivo de evangelizar a los grupos indígenas chichimecas-jonaces y a fugitivos de las cercanas localidades de Vizarrón y Tolimán. Aunque la misión nunca fue completada, su legado perdura en las ruinas del convento y la iglesia, que aún conservan elementos arquitectónicos fascinantes, como patios adornados y arquerías.
Cada 4 de febrero, la misión cobra vida con actividades litúrgicas en honor a San Francisco de Asís, celebradas en una pequeña capilla del lugar. A pesar de no tener techo, el exconvento incluye dormitorios, celdas, una cocina que evoca su pasado y una curiosa ventana que facilitaba el paso de alimentos al comedor sin contacto directo entre cocineros y seminaristas.

Este lugar histórico albergó alguna vez a 150 seminaristas y 40 sacerdotes, y hoy invita a los visitantes a explorar su misticismo y belleza. Enclavada en la majestuosa Sierra Gorda, la Misión de Bucareli es un símbolo de perseverancia y fe, donde los vestigios de su arquitectura cuentan historias del esfuerzo de sus constructores.

Más allá de su relevancia histórica, Bucareli es un importante centro de festividades que mantiene viva la devoción de la comunidad local, ofreciendo a quienes la visitan la oportunidad de conectar con una rica tradición espiritual en un entorno cautivador. Un viaje a la Misión de Bucareli es una inmersión en la historia, la fe y la arquitectura, un legado que sigue deslumbrando a quienes se aventuran a descubrir
