Referente del patrimonio cultural, e industrial, de nuestra entidad, es el ex molino de San Antonio, –hoy Universidad Marista,- construido hace más de 400 años, junto a los márgenes, del Río Querétaro
ha sufrido diversas transformaciones a lo largo de su historia.
Fundado en el siglo XVI , por el ganadero español, Don Hernán Sánchez Cortés, este molino fue fundamental en la industrialización de la región durante más de tres siglos.
Está inventariado en el Catálogo de Monumentos Históricos de Querétaro, y las primeras referencias aparecen en 1608, como Molino de Cortés, por un permiso otorgado a Hernán Sánchez Cortés, para utilizar agua.
Más tarde fue propiedad de los descendientes del Marqués de la Villa del Villar del Águila, y de don Cayetano Rubio, y en el Sitio de 1867, fue cuartel general del coronel republicano Juan María Cervantes, nombrado gobernador interino tras el fusilamiento de Maximiliano.
Ahí, en El Molino, se reunieron el general Mariano Escobedo, y el coronel Miguel López, para la entrega del cuartel general del Ejércitóo Imnperialista en La Cruz.
En 1942, los Hermanos Maristas llegaron a Querétaro. por invitación del obispo Marciano Tinajero y establecieron una institución educativa en el antiguo molino, respondiendo a la necesidad de escuelas privadas tras los estragos de la Revolución.
Muchos años después hacia 1942, los maristas compraron el edificio, en donde establecieron el Instituto Queretano, fundamental de la educación moderna de la entidad, convertido hoy, en Universidad Marista.
A lo largo de los años, el Ex Molino se convirtió en un centro educativo donde se han formado generaciones de estudiantes.
El ambiente escolar en las décadas de 1940 y 50, estaba marcado por actividades académicas y culturales vibrantes, con concursos y festivales atléticos, además de una vida comunitaria intensa entre sus alumnos.
El Ex Molino de San Antonio, no solo es un testimonio de la historia industrial de Querétaro, sino también un símbolo de su evolución hacia la educación y la cultura